La epicondilalgia lateral crónica, comúnmente conocida como epicondilitis o codo de tenista, es una patología musculoesquelética prevalente en la población activa, tanto deportiva como laboral. Se caracteriza por dolor localizado en la región lateral del codo, asociado a sobreuso del extensor radial corto del carpo y otras estructuras del compartimento extensor.
En las últimas décadas, la fisioterapia ha avanzado hacia enfoques más efectivos en el manejo de los procesos tendinosos crónicos. En este contexto, la electrólisis percutánea intratisular (EPI®) se presenta como una técnica innovadora y mínimamente invasiva que ha demostrado resultados positivos en casos refractarios a tratamientos convencionales.
Este artículo revisa el uso clínico de la EPI® en la epicondilalgia crónica, analizando un caso clínico documentado por Minaya-Muñoz y colaboradores (1), con el objetivo de aportar una visión práctica y basada en evidencia a la comunidad fisioterapéutica.
Contrario a lo que sugiere su denominación tradicional “epicondilitis”, esta patología no presenta signos de inflamación aguda. Se trata de una tendinosis: un proceso degenerativo del tendón en el que predominan la desorganización del colágeno, la hipocelularidad y la neovascularización patológica, sin respuesta inflamatoria típica.
La sobrecarga repetitiva en actividades de agarre y extensión de muñeca genera microtraumatismos acumulativos que, con el tiempo, provocan dolor persistente y disfunción, interfiriendo con las actividades laborales, deportivas y de la vida diaria.
La EPI® es una técnica desarrollada por el fisioterapeuta español José Manuel Sánchez-Ibáñez, que consiste en la aplicación de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura ecoguiada, introducida directamente en la zona del tendón lesionado.
Su objetivo es generar una respuesta inflamatoria controlada, activando el proceso de regeneración tisular mediante una destrucción electrolítica del tejido degenerado. La EPI® se diferencia de otras técnicas invasivas por su efecto biológico profundo, al inducir procesos de fagocitosis, revascularización y síntesis de colágeno tipo I funcional.
El estudio de Minaya-Muñoz et al. (1) presenta el caso de un paciente varón de 50 años, con diagnóstico de epicondilalgia lateral crónica de más de 6 meses de evolución, resistente a tratamientos fisioterapéuticos convencionales, incluyendo terapia manual, ejercicios excéntricos y electroterapia analgésica.
Se aplicaron 4 sesiones de EPI® ecoguiada con intervalo semanal, combinadas con un programa de ejercicios progresivos excéntrico-concéntricos, estiramientos y control de cargas. El tratamiento se adaptó según la evolución clínica y los hallazgos ecográficos.
Este caso clínico demuestra la efectividad y seguridad de la EPI® en un paciente con epicondilalgia crónica refractaria, reforzando su papel como herramienta de elección en casos persistentes.
Los beneficios de la EPI® en la epicondilalgia crónica se deben a una combinación de efectos fisiológicos:
Estos mecanismos permiten revertir el entorno degenerativo del tendón, favoreciendo una regeneración funcional y biomecánicamente competente.
Para aplicar la EPI® en la epicondilalgia lateral se debe:
La frecuencia recomendada suele ser una sesión por semana, durante 3 a 5 semanas. La técnica debe ser realizada exclusivamente por fisioterapeutas capacitados en el uso de ecografía musculoesquelética y EPI®.
Frente a otras técnicas invasivas (como la punción seca o las infiltraciones de corticoides), la EPI® muestra mejores resultados a medio y largo plazo, sin efectos secundarios importantes.
FisioCampus ofrece el curso de "Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI®)", que incluye formación práctica y teórica sobre el manejo de la epicondilalgia y otras patologías relacionadas. Se recomienda para fisioterapeutas que deseen incorporar esta técnica a su práctica clínica con seguridad y eficacia.
La electrólisis percutánea intratisular (EPI®) se ha consolidado como una herramienta terapéutica de alto valor clínico en el tratamiento de la epicondilalgia lateral crónica, especialmente en casos que no responden a abordajes conservadores tradicionales. Su aplicación permite no solo el alivio sintomático, sino la regeneración estructural del tendón afectado.
La integración de la EPI® dentro de un plan de tratamiento multimodal, junto con ejercicio terapéutico individualizado, representa un modelo de intervención basado en evidencia, eficaz y centrado en la funcionalidad del paciente.