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Estrategias de motivación para la participación del paciente de edad avanzada en la actividad física

Ultima edición: Noviembre 15, 2023, 03:44 Hrs

Como bien es sabido, la actividad física es necesaria en el paciente geriátrico para mantener la salud articular, mejorar su calidad de vida y las condiciones orgánicas de estos pacientes. Pero ¿cuántos de los pacientes de edad avanzada acceden a participar en un programa de actividad física?, y si lo hacen ¿cuántos de ellos lo mantienen a lo largo del tiempo? Es por ello muy importante la motivación de estos pacientes. En este artículo abordaremos las técnicas que han demostrado ser más eficaces para lograr este objetivo.

Importancia de la actividad física en el adulto mayor

Cuando hablamos de personas de edad avanzada nos referimos al colectivo de gente, mayor de 65 años o entre los 50 y los 64 años pero que presentan alguna limitación en el movimiento, forma física o con algún tipo de incapacidad.(1)

Hay un error con el que viven muchas personas y es pensar que con el paso de los años hay una inevitable decadencia del ser humano a todos los niveles. Esto es cierto en algunos sentidos, ya que normalmente va asociado a una reducción de la masa muscular, incremento de la grasa corporal relativa y una mayor incidencia  a la enfermedad, lo que ponen en juego el estado de salud de las personas. Pero los estudios más recientes apuntan a la idea de que esto es más propio del sedentarismo al que va asociado el envejecimiento que al propio proceso  y que se podría retrasar o prevenir en cierta medida con un programa de mantenimiento adecuado.(2,3) 

Uno de los componentes principales de este programa de mantenimiento sería la actividad física ya que aporta al sujeto mayor una serie de beneficios como son:(1,2,4-6)

  • En el área física: mejora la resistencia a la fatiga, usará menos energía para realizar cualquier labor de la vida diaria, reduce su tasa metabólica, aumentan las capacidades y habilidades físicas. Mejora la circulación muscular, mejorando la fuerza y resistencia y evitando la pérdida de masa muscular y favoreciendo la flexibilidad general. Además, estimula la eliminación de sustancias de desecho y favorece el desempeño de una marcha más segura y rápida eliminando riesgos de caída. Todo ello reduce el riesgo de discapacidad física.
  • Área psíquica: una buena forma física hace que se conserven ágiles y atentos los sentidos, aumenta la ilusión de vivir, la alegría y el optimismo. Se ve reforzada además la actividad cognitiva (preservación de la memoria y algunas relaciones espaciales), mejora la interrelación social combatiendo la soledad y el aislamiento. Se produce una mejora de la imagen personal, disminuye la dependencia y mejora y facilita el sueño.
  • En el sistema nervioso: mayor coordinación y reflejos respondiendo mejor a los estímulos y disminuye el estrés sobre todo si se entrena con ejercicios rítmicos o juegos competitivos.
  • A nivel cardiovascular: reduce los depósitos de grasa arteriales reduciendo así el riesgo de trombosis, aumenta la circulación coronaria, fuerza, resistencia y eficacia coronaria.
  • En el sistema respiratorio: aumenta la capacidad vital de los pulmones y la ventilación así como la eficacia del intercambio de gases.
  • A nivel metabólico: disminuye las grasas y el azúcar en sangre lo que mejora, además, la composición corporal y evita la obesidad.
  • Reduce la incidencia y estabiliza las enfermedades crónicas: como las enfermedades bronquiales, hipertensión arterial, colesterol, arteriosclerosis, disminuye el riesgo de infarto agudo de miocardio, trombosis y embolismos. Evita la aparición de osteoporosis, atrofia, artrosis, artritis y diabetes mellitus. Frena las insuficiencias hormonales y aumenta la resistencia a enfermedades psíquicas como pueden ser la ansiedad, depresión o neurosis.

Con todo ello incrementa la longevidad y aunque es cierto que no detiene el envejecimiento y que todos estos efectos se ven mermados cuando cesa el desempeño del deporte, sí que es verdad que mejora la calidad y disfrute de la vida mientras se realiza.

 

A pesar de todos estos beneficios, y de que cada vez la tercera edad está practicando más deporte, la estadística demuestra, que las personas mayores son las menos físicamente activas de todos los grupos etarios existiendo un elevado porcentaje de sedentarismo en esta población. Tan solo un 21% de las personas mayores de 65 años practica algún tipo de actividad física y este porcentaje disminuye conforme avanza la edad alcanzando tan solo un 10% de individuos que realizan ejercicio regular con más de 85 años.(1,5) Según los datos recogidos, un 70% de las personas de edad avanzada suelen dar paseos y acudir al parque, una proporción similar realizan compras y recados, pero tan solo un 10% están apuntados a un club deportivo o realizan algún tipo de actividad recreativa.(7)

Las causas que llevan a este sedentarismo son, entre otras, la aparición de las nuevas tecnologías, el descenso de la actividad física requerida en los trabajos, una mayor disponibilidad de medios de locomoción (coches, autobuses, taxis, etc.) y un tipo de ocio que solo exige una actitud pasiva. Y este es un problema ya que la inmovilidad y la inactividad son los principales agravantes del envejecimiento y la incapacidad de tal forma que cuando un adulto mayor abandona una tarea, pronto será incapaz de realizarlo.(3,5)

 

Motivos de abandono deportivo en adultos mayores

Por todo lo anteriormente citado se hace evidente que existe una necesidad de motivar a los adultos mayores a la realización de actividades físicas. Para ello, lo primero será conocer las razones por las que los sujetos abandonan los programas. Un estudio realizado en 2014 vio que las dos principales causas a las que se le atribuía el abandono de las actividades eran:(8)

  1. Falta de sistematicidad de los profesores
  2. Obligaciones del hogar incompatibles con la actividad deportiva

Otro estudio evaluó estos factores y obtuvo que los motivos más mencionados de abandono deportivo por parte del adulto mayor fueron: la falta de competencia, el conflicto de intereses, problemas de tipo grupal y la falta de diversión.(7)

Otra razón por la que los adultos mayores abandonan es porque notan que el ejercicio no está teniendo las repercusiones esperadas sobre su salud. Será por ello importante realizar revisiones periódicas del estado físico, ajustando el ejercicio y las actividades que puede realizar consensuando con el participante unos objetivos mínimos de ejercicio adecuados a su capacidad funcional. Será muy importante también prestar atención a la técnica, evaluar la motivación del anciano, así como su capacidad de disfrute del programa e incluir al menos un ejercicio aeróbico de más de 30 minutos de duración y mínimo 3 días/semana con una intensidad que mantenga las pulsaciones entre 60-58 de la FCmáx para que los efectos sean más evidentes siempre y cuando no haya alguna condición médica que lo impida.(5) 

 

Estrategias motivacionales para la práctica de ejercicio

En el mundo de la actividad física y el deporte, la motivación, es considerada como el producto de un conjunto de variables sociales, ambientales e individuales que determinan la elección de una actividad física, la intensidad en la práctica de la misma, la persistencia de la tarea y el rendimiento.(7)

La motivación humana tiene relación con el funcionamiento de la personalidad dentro de los contextos sociales. En esto se centra la teoría de la autodeterminación, que analiza el grado en que las personas realizan sus acciones con el nivel más alto de reflexión y se comprometen en las acciones con un sentido de elección. El aumento de la motivación intrínseca en el ejercicio (satisfacción general de participar en una actividad determinada) es el predictor más fuerte de los resultados de adherencia a largo plazo. La satisfacción de sentirse autónomo y competente estimula la motivación intrínseca. Por su parte, los incentivos externos pueden afectar a la experiencia de autodeterminación, cambiando la percepción del locus de causalidad interno ?lo hago porque quiero? a externo ?lo hago porque otros quieren?. Cuando los sujetos perciben que su conducta está controlada por incentivos externos, en general, disminuye el sentido de autonomía y, por tanto, la motivación intrínseca. Sin embargo, si el incentivo se percibe como información de competencia o progreso, más que controlar la conducta, puede aumentar la motivación intrínseca.(6)

Estas motivaciones no son un concepto estático, sino que varía en función del momento de la práctica de cada sujeto. Por ejemplo, al inicio aparecen distintas motivaciones como puede ser la búsqueda de nuevas sensaciones o conseguir objetivos nuevos, hasta ahora no logrado. Pasado un tiempo, en la fase de mantenimiento, las motivaciones apuntan más a la idea de la competición, tarea o el esfuerzo. El problema es cuando en alguna de estas etapas no se satisfacen esas motivaciones, que es cuando aparece el abandono deportivo. Será importante ante este abandono fomentar la idea de cambio de la modalidad deportiva antes que el abandono total de la actividad física.(7) Y es que actualmente el problema no es cómo motivar a las personas para que den el primer paso hacia un compromiso con la actividad física, sino más bien que mantengan esa entusiasmo vivo.(2)

Es por ello importante diferenciar las estrategias para motivar a la persona a que realice ejercicio de aquellas más orientadas a que la persona mantenga esa actividad aunque si bien es cierto que algunas de ellas se podrían agrupar en ambos apartados de la clasificación.

Estrategias motivacionales para crear adherencia al ejercicio

  • Realizar actividades con un monitor especializado en esa área, adecuado, entusiasta y receptivo para escuchar todas las sugerencias y preguntas que puedan formularle.(1,9)
  • Contar con el apoyo social adecuado (familiares y amigos), así como el de un profesional de la salud que anime en el inicio de dicha actividad física.(1,8)
  • Reducir las barreras haciendo los cambios sociales y ambientales que sean necesarios.(1)
  • Conocer si hubieron antiguos intentos de realización de ejercicio, y si los hubieron conocer las razones por las que abandonó esa práctica anticipándose al fracaso.(7)
  • Promoción social, es decir el empleo de estrategias informacionales para que la población de adultos mayores conozca todos los beneficios asociados la práctica deportiva. Una buena forma de hacer esto sería mediante campañas de educación, conferencias o debates.(1,7,9)

Estrategias motivacionales para evitar el abandono del ejercicio

  • Crear programas individualizados y adaptados lo máximo posible a los estilos de vida de cada sujeto procurando ofrecer todas las facilidades que sea posible en lugar, horario, nivel de competitividad, práctica individual o grupal.(1,9)
  • Realizar una evaluación inicial y de seguimiento para clarificar las necesidades, intereses y motivaciones por las que el individuo quiere hacer ejercicio, conocer el por qué surgen las ganas de hacer deporte para fortalecer esos estímulos y acompañarla de otros; las expectativas para poder establecer objetivos así como los costes en tiempo, sacrificio y esfuerzo que está dispuesto a dedicar.(1,7)
  • Establecer unos objetivos individualizados que se revisen a lo largo de todo el programa.(1) Estos objetivos deben de hacerse a corto/medio plazo para poder ir consiguiendo progresivamente.(7,9)
  • Conocer las expectativas del paciente sobre su propia competencia intentando orientarlo hacia una actividad orientada a sus posibilidades evitando el sentimiento de incompetencia y la ansiedad social (miedo a que la gente que les rodea les vea torpe o en baja forma).(7)
  • Contar con apoyo ambiental y mandar recordatorios para la actividad física.(1)
  • Identificar los resultados motivacionales que hagan ver el progreso enfatizando y monitoreando los efectos inmediatos del ejercicio como pueden ser la reducción de la tensión, glucemia o necesidad de determinadas medicaciones.(1)
  • Proporcionar un feedback positivo diciendo lo que está haciendo bien, lo que puede mejorar y terminar siempre dando una frase de ánimo. Se debe siempre concienciar también de que todo se puede mejorar a través de la práctica y evitar presiones externas.(7,9)
  • Crear un programa variado en el que el paciente disfrute con un ambiente lúdico, recreativo y participativo.(1,7,9)
  • Minimizar la presencia de agujetas y lesiones participando en ejercicios de moderada intensidad.(1)
  • Explicar claramente el propósito u objetivo de la actividad. Así el sujeto entenderá lo que está haciendo y para qué lo hace.(7,9)
  • Fomentar la relación entre los participantes, mejorando la cohesión grupal e implicación en la participación. Variar la agrupación y distribuyendo a los participantes de forma flexible, heterogénea y posibilitando múltiples formas de agrupamiento.(9)

Conclusión

En conclusión, el ejercicio físico es una buena alternativa para prevenir el sedentarismo y las consecuencias del proceso de envejecimiento pero pocas personas lo practican. Es por tanto importante llevar a cabo estrategias motivacionales para conseguir la mayor adherencia posible a nuestros programas de ejercicio en fisioterapia que ofrecen grandes beneficios a la salud.

Si ello se consigue, los adultos mayores verán el ejercicio físico no solo como una obligación, sino como un lugar donde se da una relación de amistad entre los participantes, se comparten experiencias, intereses, divirtiéndose y descubriendo habilidades que no sabía que existían o que estaban olvidadas de forma que disminuirá, en gran medida, la tasa de abandono.

Referencias

  1. Thompson W R, Gordon N F & Pescatello L S. ACSM's Guidelines for Exercise Testing and Prescription. Georgia: Wolters Kluwer; 2009.
  2. Suárez Meana L, Santana González A, Revoredo Ramos J, et al. Propuesta de actividades para motivar al adulto mayor a la práctica del ejercicio físico en la circunscripción 40 del consejo popular de Banao. EFDeportes.com. 2012; 166.
  3. Martínez del Castillo J. Deporte y calidad de vida. Madrid: Librerías deportivas Esteban Sanz. 1998.
  4. Cox R H. Psicología del deporte. Conceptos y sus aplicaciones 6 ed. Columbia: Panamericana. 2007.  
  5. Cornachione Larrinaga M A, Urrutia A & Ferragut L C. Guía para el cuidado de ancianos con problemas. Córdoba: Editorial Brujas. 2005.
  6. Lobo A. Motivación para la actividad física e su relation con la calidad de vida. Revista Brasileña de Geriatría y gerontología. 2009; 12(3): 405-415.
  7. Moreno Murcia J A, Martínez Galindo C, González-Cutre Coll D, et al.  & Cervelló Gimeno, E. Motivation towards physical- sports practice in older people. Actividad física e envelhecimiento saudável. 2008; 153-69.
  8. Gutiérrez Pedroso A, Pelayo García Y, Pedroso Zuleta N T, et al. Motivation of the elderly in the practice of physical exercises. Tiempo. El portal de la psicogerontología. 2014; 31.
  9. González-Serrano G, Huéscar Hernández E & Moreno-Murcia J A. Satisfacción con la vida y ejercicio físico. Motricidad. European Journal of Human Movement. 2013; 30: 131-151.
Autor: Noemí Moreno Segura

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